Los tiempos han cambiado y seguirán cambiando. Tanto las empresas como las personas tienen grandes retos en la gestión del talento.

Las personas, necesitarán acostumbrarse a nuevos entornos laborales en los cambios por venir y la movilidad será constante. Las empresas tendrán grandes retos con una forma de trabajo creciente: el teletrabajo (trabajar desde la casa del empleado usando las Nuevas Tecnologías como Internet). Las empresas deberán definir procedimientos distintos a los actuales para considerar la figura del teletrabajo: para comunicarse con los colaboradores y que se sientan integrados en la empresa para la gestión del desempeño y para alcanzar los objetivos comunes.

En el momento actual, el talento es el valor diferencial por excelencia y la competitividad de las empresas va a estar directamente relacionada con la capacidad que éstas tengan para atraer, retener y desarrollar el talento adecuado.

Hoy las grandes empresas de capital nacional o extranjero buscan profesionales con buena actitud, capacidad resolutiva, que sean conscientes, que se sientan competentes, y sean realmente los constructores activos de su presente y futuro, con formación técnica, con sentido común y que puedan  trabajar en equipo entre las principales características individuales consideradas como las más deseables para triunfar en el desempeño de una carrera profesional, adicional del dominio de herramientas informáticas e inglés.   En este terreno se privilegia a los jóvenes que tengan alta capacidad para interrelacionarse con los demás, iniciativa propia llamada también proactividad y que estén orientados hacia la obtención de resultados concretos para aportar valor a sus contratantes.

Otro aspecto fundamental que se busca es la capacidad de desarrollar un liderazgo abierto, empatico de alto rendimiento, que sea capaz de mejorar sistemáticamente los resultados empresariales medidos en términos de creación de valor, productividad, calidad de servicio percibida por el cliente. El mejor liderazgo es aquél que se sustenta en una utilización apropiada de los diferentes estilos de dirección, de acuerdo con cada situación y con las características de los colaboradores.